top of page

PABLO BIANCO

Es uno de los socios más recientes de Adimau. Le motivó unirse a la asociación ver cómo se puede potenciar el sector entre los asociados. Su vida laboral empezó de chico porque eran ocho hermanos y su padre falleció cuando él tenía 5 años. “Hice de todo”, dice. A los 13 años embolsó galletas en una panadería, vendió libros a los 15 y a los 16 entró a Mobilart, donde fue empleado durante 15 años y mantiene al día de hoy una muy buena relación con su mentor, Artenstein. Los conceptos que más repitió Bianco durante la entrevista fueron “prolijidad”, “rapidez”, “organización” y “honestidad”, además de hablar en plural todo el tiempo y hacer una clara referencia al futuro.

Pablo Bianco

¿Cómo empezaste en el rubro?


Empecé estudiando mecánica automotriz en la UTU ,pero no me gustó nada engrasarme [se ríe], así que me cambié a carpintería y me gustó crear, eso de agarrar un tablón o una placa y fabricar un mueble. En ese momento se estudiaba con las herramientas convencionales –garlopa, sierra, cuadradora–; no tuve formación en la carpintería que funciona hoy, que es completamente diferente, más dinámica. Y mi primer trabajo en esto fue en Mobilart, con Pablo Artenstein, y transité el camino de quien arranca de cero: barriendo, aprendiz, medio oficial, oficial hasta tener gente a cargo; allí estuve 15 años aproximadamente. En la crisis del 2002 decidí empezar por mi cuenta y gracias a Dios salió bien. Empecé como todos los carpinteros que no tienen una base, con una sierra, con máquinas convencionales, pero con el conocimiento de saber trabajar con los CNC, que ya conocía y era lo que apuntaba a futuro; toda la vida quise tener un CNC y cuando llegó la oportunidad, lo compré, y hoy día creo que es el alma del taller y hacemos la diferencia gracias a eso, porque nos permite con poco personal tener mucha producción. Podemos hacer todo lo que nos imaginemos y rápido: un mueble terminado podemos tenerlo en 20 minutos contra 2 o 3 horas en una máquina convencional.


¿Qué caracteriza tu taller?


Nos caracteriza la velocidad de fabricación, eso sin duda. Creo que la base de una carpintería moderna es generar soluciones en poco tiempo y bien. Nos llega un cliente con un proyecto o te pide que le diseñes: enseguida respondemos con una solución buena y rápida. Tratamos de cerrar el trabajo lo antes posible. Además, tenemos toda la carpintería orientada a la fabricación con MDF, en un 90%; considero que tenemos que apuntar ahí porque es adonde va el mundo, y el mayor porcentaje de nuestro trabajo lo hacemos para comercios, para colegas –que a esta altura ya son amigos– que necesitan tercerizar. El taller es chico; le dicen “taller modelo” en Argentina, en el proveedor que compramos el CNC, porque con pocos metros cuadrados sacás mucha producción. Para mí, la honestidad es lo que cuenta; si tenemos que sacar tres veces una madera que instalamos porque se dobla el techo, lo vamos a hacer, es un compromiso que las cosas queden bien hechas.


¿Y cuáles han sido hasta ahora los mayores desafíos de tener tu propia empresa?


Tenés muchos desafíos y aprendizajes al pasar a ser jefe. Creo que el más importante es el del capital humano; tenés que tener un carácter muy especial y saber llevar a la gente para crear un grupo de trabajo sólido, que cuesta pero es fundamental. Algo que yo no tenía y me lo dio el tiempo fue la paciencia, y creo que con el tiempo también tu equipo te va conociendo, y con honestidad se trabaja mejor. No me gusta fallar ni que me fallen. Además, soy un poco tímido y otro poco rasqueta, entonces fui aprendiendo a comunicarme mejor y también aprendés a marcar el estilo de querer hacer las cosas bien o no hacerlas.


¿En qué otro sentido tuviste que formarte?


El trabajo te va llevando a que cada vez tenés que conocer más. Hicimos cursos de Autocad, de programación, de gestión, de ventas y, regularmente, hacemos cursos de la máquina que trajimos de Argentina para ir aggiornándonos.


¿Qué importancia tiene la tecnología?


La velocidad del trabajo. En el programa que usamos la máquina calcula los cortes, los materiales, los costos. Creo que si seguíamos con maquinarias convencionales hoy no estábamos acá. Mi visión fue comprar esa máquina, porque con lo otro no salía de lo común. De hecho, cuando empecé a trabajar, mi idea era tener un poco más de tiempo para mi familia; me mudé cerca de mi trabajo para poder compartir con mi familia. Después la vida te va llevando a que vas a agarrar el trabajo cuando te sale, no lo vas a desperdiciar, no te gusta decir que no.


¿Cómo ves el mercado hoy? ¿Cuál es la clave para seguir?


En este momento está embromado, con mucho subibaja, muy inestable. Para mí, ser ordenado, prolijo con los números, con los tiempos de entrega, separar bien qué es del taller y qué es lo de uno es fundamental para que esto siga caminando. Me acuerdo siempre de que cuando era mi patrón Artenstein (de quien aprendí mucho) me decía que la plata se hacía pensando, no solo trabajando, así que yo siempre trato de tener un tiempo para pensar cómo generar más trabajo. A nosotros nos pasó que teníamos como cliente a una multinacional que representaba el 80 % de nuestro ingreso y de repente hubo una bajada abrupta de presupuesto. Así que ahí hubo que pensar bien cómo reorganizarse y por suerte pudimos diversificar nuestros servicios. Hay que estar siempre atento. Si sos organizado, en los momentos buenos guardas el dinero y en los malos lo usás para poder sobrellevarla.


¿Qué te motiva más de tener tu empresa?


Tengo cuarenta y poco, así que me faltan fácil 20 años de trabajar fuerte para estar tranquilo. No pienso sólo en mí: pienso en mis hijos; en que si les gusta este oficio, tengan las herramientas para poder seguir con esto. Creo que sí, hacemos que esto funcione bien, van a poder contar con esta posibilidad. Si sos realmente prolijo y organizado y no te quedás con que te salió una venta grande, sino que seguís viendo cómo generar trabajo, y cuidás el dinero, vas a poder seguir en el rubro.


¿Y qué aspiraciones tenés a futuro?


Muchas. En concreto, en estos días va a empezar a funcionar nuestra tienda online y también estoy viendo para mudarnos, también por la zona, para tener un showroom. La principal aspiración es tener un local de ventas, porque ahora tenemos la fábrica y vendemos por la web, pero nos falta el showroom. También me gustaría viajar por trabajo a conocer


Abril 2019

 

Comments


Ponte en contacto con nosotros


Por información general, temas de prensa, convenios y otras consultas.

Nos pondremos en contacto a la brevedad. Muchas gracias

Arenal Grande 1435 apto 104

Montevideo - Uruguay

 

(+598) 096 107 016 (lunes a viernes de 8:00 a 14:00 h)

 

info@adimau.com.uy

bottom of page